Como quizás ya se habrán dado cuenta, soy una persona que evoca recuerdos por olores y sonidos. La música y aromas, por ejemplo, me recuerdan episodios de mi vida. Es clásico escucharme decir “esa canción me recuerda la fiesta cuando conocimos a fulanit@” o “ese olor es de cuando íbamos en tercero de secundaria”. Y la música y aromas no sólo me sirven para recordar hechos y épocas. También me hacen sentir tal y como lo hacía en el momento en que los conocí por primera vez.
Y si hay algo que recuerdo con olores y música particulares, es la Navidad.
Hay olores tan propios, tan característicos que no importa la época del año en la que aparezcan. Para mí, simplemente “huela a Navidad”. Como la canela, las galletas de jengibre, el pino fresco, el pavo horneado, el bacalao.
La Navidad para mí, se escucha como alegría. Suena a campanadas, a risas y conversaciones cruzadas. Al clásico “jo, jo, jo” acompañado de cascabeles. Suena a plegarias y buenos deseos. Todo esto resumido en el disco de “Eterna Navidad”, que desde que fue lanzado al mercado, en mi casa se repite una y otra vez año tras año. Primero en su versión de acetato y últimamente (gracias a Dios) en su versión CD.
Para mí, Navidad suena a Pandora cantando “Los peces en el río”, a Mijares entonando “Adeste Fideles” o a Oscar Athié interpretando “La marimorena”. También suena a niños de preescolar tarareando “Los pastores a Belén corren presurosos” o más meláncolicamente “El niño del Tambor”.
El sólo escuchar alguno de estos sonidos, me pone de buenas. Y hace que mi piel se enchine porque siento que la Navidad está cerca. Y no es porque suela festejar el motivo original de la Navidad (Natividad). Más bien creo que la Navidad es un buen pretexto para pensar, perdonar, conciliar, para abrazar y besar, olvidar y dejar ir. Comenzar de nuevo. Es una época perfecta para decir lo que sentimos, para querer más a quienes forman parte de nuestra vida. Es un buen momento para hacer una limpieza mental y tirar todo lo que no nos sirve. Para cerrar un ciclo y empezar limpios el que sigue.
Navidad está cerca. Se huele, se escucha. ¿Ustedes también pueden sentirlo?