mayo 17, 2010

A la víbora, víbora de la mar...

Es bien sabido que las vidas de los seres humanos están hechas de rituales.

Desde cómo nos lavamos los dientes, la manera de acomodar la ropa o incluso lo que comemos y cómo lo hacemos.

Pero esos son sólo los rituales diarios. Hay algunos otros que aunque vivimos esporádicamente y (protagonizamos aún menos veces) tenemos tan tatuados en el alma y el corazón, que el no hacerlos nos parece inconcebible.

El ritual del que hablo en está ocasión es el que jamás debe omitirse en una boda: la víbora de la mar, seguida del lanzamiento de ramo y liga.

Al menos yo, desde pequeña soñaba con el día de mi boda, vestida de blanco con un bonito velo. Fantaseaba con mi primer baile como esposa. Me preguntaba sí lanzaría alto el ramo y quién lo cacharía.

No sé como festejan los enlaces matrimoniales en otras religiones o culturas, pero en una boda mexicana-católica nunca deben faltar:

(1) la sesión de peinado y maquillaje de la novia junto con la mamá, hermana(s), amigas y/o damas

(2) la sesión de fotos y/o vídeo. Con poses graciosas, creativas, artísticas o poco naturales, no importa. El chiste es tener un recuerdo que quedé para la posteridad

(3) la entrega de anillos, arras y la colocación de lazo que simbólicamente, una a los novios para siempre

(4) la bendición de los papás, abuelos, padrinos y/o tutores (sí, ellos también, no hay que herir susceptibilidades)

(5) que la novia ofrezca el ramo a la Virgen de Guadalupe o a alguna Virgen de la cual sea devota

(6) lanzar arroz, echar burbujas, liberar mariposas o palomas, tocar campanitas o similar cuando los novios salen de la Iglesia

(7) la partida de pastel acompañada del tradicional brindis por la felicidad de los novios y el éxito en la nueva etapa que juntos emprenden

(8) el primer baile de los novios como esposos

(9) la víbora de la mar (tanto de mujeres como de hombres) seguida del lanzamiento de ramo (por parte de la novia) y de la liga (por parte del novio)

Este fin de semana fui a una boda. Y la novia sólo lanzó el ramo. No hubo víbora de la mar. El novio no lanzó la liga. Y me pareció que algo me faltó. Sentí que fue una boda cortita. Creo que tengo un apego extremo a los rituales. Aunque más bien me catalogo públicamente como una mujer clásica y tradicional.

Y ustedes, ¿tienen rituales en sus vidas?

mayo 06, 2010

Trabajo nuevo, vida nueva.

Está bien. Lo acepto: soy la blogger más irresponsable del mundo mundial. Llevo casi dos meses sin escribir nada. Y aunque tengo mis razones, no las voy a usar para justificarme. Sólo diré a mi favor que tomé vacaciones, me cambié de trabajo y operaron a Lou. Sin pretextos, sólo hechos que me quitaron tiempo, ganas e inspiración.

Pero les cuento. Me moví al negocio de las botanas y galletas. Muy divertido y aún más rico. Es importante conocer el negocio en el que uno trabaja. Y como yo sigo siendo médico brujo (ahora en vez de curar empresas, curo procesos) necesito conocer a fondo cada procedimiento de mi nuevo trabajo.

El paso uno siempre es conocer a los colegas del área y al grupo de personas con el que se trabajará de cerca. El paso dos: conocer la operación del negocio desde las entrañas. Y como la cadena de valor de una empresa nunca empieza en el corporativo, me lancé a ver dónde inicia todo. Y más que a verlo, a vivirlo.

Empecé con un tour por las plantas. Para conocer el proceso productivo y ver a las materias primas convertirse en deliciosos productos terminados. Descubrí las diferencias entre el corporativo y las plantas. Repartí botanas y galletas, cargué cajas, conocí clientes y pasé con el vendedor cada minuto de su extensa jornada laboral. Viví la realidad de los obreros y observé el corto alcance del salario mínimo. Me enamoré de la cadena de suministro y regresé a mi escritorio embriagada de socialismo, con más ganas que nunca de cambiar al mundo, de hacer aunque sea una pequeña diferencia en la vida de la gente.

Qué mejor forma de empezar un nuevo trabajo que con el mismo ánimo de un niño el primer día de clases y la inocencia de un soñador que se siente único y cree que todo lo puede.

Los mantengo al tanto del animómetro. Por ahora, está al máximo.

P.d. Les diría que comieran frutas y verduras, pero eso no incrementaría mi PTU. Entonces, mejor les sugiero que coman galletas y botanas y que haciéndole honor a la publicidad, no se coman sólo una.

Postearé pronto. Lo decreto.